La píldora informática retrasa los síntomas del Alzheimer

Imagen de Equipo de la píldora informática.
Equipo de la "píldora informática". Universidad de Almería

Retrasar en lo posible los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, rehabilitar habilidades pérdidas tras sufrir un ictus y mantener la agilidad mental son los objetivos de la ‘píldora informática’, lanzada por un equipo de investigadores de la Universidad de Almería.

En realidad se trata de un programa informático, que ‘no siendo una píldora química va a tener la misma capacidad para conservar y detener la pérdida de las funciones cognitivas que un medicamento’, explica el director del grupo de investigación José Jesús Gázquez.

El programa, que ya está disponible para ayuntamientos e instituciones y que ha abarcado casi dos años de investigación, se llevó a cabo al observar los ‘resultados asombrosos’ de un cuestionario de memoria, orientación y  percepción en los que se constataba que cuantos más ejercicios realizaban los participantes mejores eran los resultados de actividades como contestar secuencias de palabras, números, …

‘El objetivo, explica Gázquez, es conseguir que las administraciones públicas pongan este instrumento a disposición de las personas mayores’. También se podrá trabajar desde los domicilios particulares a través de una dirección web.

En total, en la investigación ‘intervención psicológica y médica a lo largo del ciclo vital’, se han diseñado 50.000 actividades perfeccionadas por niveles en los campos de la memoria, la percepción, la inteligencia emocional, el lenguaje y la orientación espacial.

Los usuarios tienen que resolver lo que se les va pidiendo a través de una pantalla táctil de fácil manejo y del total de 280 personas que participaron en el ensayo -un grupo realizaba las actividades y otro no- se observó  que los que habían ejecutado las tareas ‘ya no se perdían cuando tomaban una dirección errónea para ir a su casa, repetían menos las anécdotas que habían contado, olvidaban, mezclaban y confundían menos, los detalles importantes se olvidaban con menor frecuencia y tenían más facultades para el aprendizaje.

El investigador destaca que esta iniciativa está dirigida a tres públicos, enfermos de Alzheimer, a quienes hayan sufrido un ictus y a mayores sanos a partir de los sesenta años que quieran mantener la agilidad mental.

‘En el Alzheimer el objetivo es conservar o retrasar la pérdida de capacidades cognitivas’, explica Gázquez, mientras quienes hayan sufrido un accidente cerebro vascular trabajarán en cualquiera de las áreas afectadas, como el lenguaje o la memoria, excepto en la recuperación del movimiento.

El programa  ofrece un resumen de los resultados de las actividades por áreas ‘y nos dice en cuales el usuario ha tenido más facilidad y más dificultad’, detalla el investigador, una información que se trasladará  al paciente y a su familia.

Muy bien aceptado por los usuarios, al ser pantallas táctiles en las que la limitación del ratón desaparece, las actividades constan de cubos que hay que situar según la pregunta.

Desde el grupo de investigadores de la Universidad de Almería, conformado por doce personas, entre doctores, catedráticos, profesores y especialistas, se  recomienda ejecutar las tareas dos o tres días a la semana a fin de que participe el mayor número de personas, ya que se parte de la idea que el programa se instalará en dispositivos públicos, de residencias de mayores o de centros de día. Asimismo, se aconseja una  práctica de 40 minutos en cada sesión.

Por último, Gázquez destaca la ‘mejora en la calidad de vida’ de las personas que participaron en el ensayo después de tres meses de terapia, el tiempo mínimo para experimentar resultados positivos.

 

 

 

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