Pobreza en España: 10 millones de personas están en riesgo

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Pobreza en España: 10 millones de personas están en riesgo

El 26,1 % de la población española está en riesgo de pobreza, según el último informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social.

El índice de pobreza en España tiene muchas lecturas: el país es muy desigual y factores como el lugar de residencia, la tipología del hogar o incluso si se tiene algún grado de discapacidad influyen en unas cifras que ha puesto sobre la mesa el noveno informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN).

La principal conclusión es que el 26,1 % de la población española está en riesgo de pobreza y/o exclusión social, lo que abarca a alrededor de 12 millones de personas, según el indicador AROPE (At Risk Of Poverty and/or Exclusion). La tendencia es descendente desde hace cuatro años, lo que llevó a que en 2018 más de 190.000 personas abandonaran este estado. La cifra es un 2,8 % mayor que en 2007, justo antes del estallido de una crisis que llegó a elevar el indicador hasta el 29,2 % de 2014.

La tasa de pobreza en España es del 21,5 % si se evalúa la realidad con indicadores diferentes al AROPE. En cualquier caso, implica que alrededor de 10 millones de españoles están en riesgo de pobreza.

Factores que influyen en la pobreza en España

A pesar de ello, en España sigue existiendo una gran bolsa de personas en riesgo de pobreza. Y una de las razones está en la desigualdad: el país está prácticamente dividido entre una zona norte con unas cifras de pobreza equiparables a las de otros países del entorno europeo y una zona sur con preocupantes cifras de pobreza. Las diferencias en algunos indicadores pueden ser de hasta 30 puntos porcentuales dependiendo de la región de residencia, explica el informe.

El sexo también está relacionado con la tasa de pobreza en España. No hay sorpresas: las mujeres están dos puntos por encima que los hombres (27 % frente a 25,1 %, respectivamente, en riesgo de pobreza). La tendencia se observa al menos desde 2014, en base al indicador AROPE, el utilizado por la EAPN para realizar el informe.

La edad es otro de los factores que influyen en la tasa de pobreza en España. Por lo general, los jóvenes tienen mayor riesgo de pobreza que la población de mayor edad, con una diferencia de casi 20 puntos entre ambos grupos. De este modo, la franja entre los 16 y 29 años presenta una tasa de riesgo de pobreza del 33,8 %, frente al 17,6 % de los mayores de 65 años. Una explicación que podría encontrarse en el sistema de pensiones: en España hay casi nueve millones de pensionistas, y la cuantía media asciende a 994 euros mensuales, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social correspondientes a 2019. La pensión media de jubilación asciende a más de 1.141 euros mensuales.

Sin embargo, a mayor edad, mayor riesgo de discapacidad. Y las personas con algún tipo de discapacidad también tienen mayor riesgo de pobreza, según el informe de la EAPN. En 2018, el 31,1 % de las personas con discapacidad estaba en riesgo de pobreza y/o exclusión social, una cifra un 28 % mayor que entre las personas sin discapacidad. Aunque en cuanto a discapacidad la edad, en realidad, no altera los datos: el 28,2 % de las personas de entre 18 y 64 años con discapacidad está en riesgo de pobreza en España.

Cómo reducir el riesgo de pobreza en España

La pregunta es, ¿cómo reducir la pobreza en España? El país se comprometió con la Estrategia Europa 2020, que implicaba obligarse a reducir la pobreza en el periodo 2009-2019 en casi 1,5 millones de personas, en el caso de España y según el índice AROPE. “Será muy difícil cumplir el objetivo especificado en la estrategia”, explica el informe, ya que “aún falta reducir la tasa en otros dos puntos para llegar a la situación de partida y en más de cinco puntos para alcanzar el objetivo”. En otras palabras: España tendría que sacar del riesgo de pobreza a 2,6 millones de personas en un año, “algo que no ha sucedido nunca”.

Las recetas tradicionales para reducir la pobreza parece que no funcionan. No en vano, el PIB de España lleva creciendo desde 2014 con tasas de 1,4 y 3,8 %. “El crecimiento económico, por sí solo, no trae consigo una reducción de la pobreza”, sentencia el informe. Sobre todo si se tiene en cuenta que existe una importante bolsa de personas con empleo y en riesgo de pobreza.

De hecho, el 14 % de las personas en riesgo de pobreza trabaja, mientras que el 46,8 % está en desempleo. Sin embargo, el perfil de las personas en riesgo de pobreza en España es el de un español (80,5 %), adulto (77,6 %), con nivel educativo medio o alto (hasta el 13,4 % tiene el Bachiller) y con empleo. “Disponen de un empleo remunerado, pero cuyo salario no les permite disponer de los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas”, explica el informe.

A un paso de la pobreza: cómo llegar a fin de mes

En España, el 55,3 % de la población tiene algún tipo de dificultad para llegar a fin de mes. Una tasa que ha crecido dos puntos en 2018 respecto al año anterior, y que evidencia que parte de los avances ganados desde la salida oficial de la crisis se están perdiendo por el camino.

La tasa es, no obstante, la segunda más baja de la década, como explica el informe. Pero eso no oculta que el 27,1 % de la población española llega a fin de mes con ‘mucha’ dificultad. Es decir: casi un tercio de los españoles sufren verdaderas dificultades para llegar a fin de mes, y más de la mitad no pueden lograrlo con holgura.

Además, el 5,4 % de la población española sufre ‘privación material severa’, tras un ligero incremento en 2018. Es el grupo con mayor riesgo del país: aquellos que no pueden comer carne o pollo en, al menos, días alternos o que no pueden permitirse calentar su casa durante el invierno. Porque más allá de la pobreza que se ve en las calles en el rostro de los indigentes, existe un preocupante porcentaje de personas categorizadas en la clase media y/o baja que están cerca de ser expulsados del sistema.

En este extremo está el 5,7 % de la población española, unos 2,6 millones de personas, que sufren pobreza severa. Si bien en 2018 se redujo en 1,2 puntos porcentuales, lo que implica medio millón de personas fuera de este grupo, la realidad es que desde 2008 la cifra ha crecido en más de 700.000 personas.

Y dejar de ser pobre no es una tarea sencilla: la brecha de pobreza, que es la cantidad de dinero que necesita una persona para dejar de ser pobre, es del 28,5 %, tres puntos por encima que en 2008. Si en aquel momento eran necesarios 2.148 euros para dejar de ser pobre, en 2018 eran necesarios 2.529 euros: cada vez es más difícil dejar de ser pobre en España. Algo que, de nuevo, enlaza con la desigualdad: mientras que el 50 % de la población más pudiente sufrió la crisis durante tres años, el 25 % más pobre lleva nueve años padeciéndola. De hecho, la renta del 20 % de la población con mayores ingresos multiplicó en 2018 por seis la renta total del 20 % con menores ingresos.

España tiene un gran trabajo por delante si quiere reducir la pobreza. Máxime cuando sus indicadores, en comparación con los de los países europeos de su entorno, son preocupantes. “Para prácticamente todas las variables de pobreza, exclusión y desigualdad, los datos españoles están por encima del valor medio que corresponde al conjunto de la Unión Europea”, explica el informe. “La tasa AROPE es 4,2 puntos porcentuales superior a la media europea y la séptima más alta de todos los países miembros”, continúa. Peor que España solo está Bulgaria, Rumanía, Grecia, Lituania, Italia y Letonia. Queda mucho trabajo por hacer.
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