Los inusitados cambios en los biomarcadores antes de desarrollar Alzheimer

Biomarcadores Alzheimer
Biomarcadores Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo que se presenta con mayor frecuencia en la vejez y que afecta aproximadamente a 5,7 millones de estadounidenses en la actualidad. La etiología exacta de la enfermedad aún no se conoce del todo; sin embargo, cada vez hay más pruebas de que los procesos patológicos que conducen a la enfermedad comienzan más de dos décadas antes de que aparezcan los síntomas clínicos. Durante estas dos décadas, se producen cambios mensurables en una serie de marcadores biológicos, o biomarcadores, del organismo. Identificar y comprender estos cambios puede ser clave para encontrar estrategias de tratamiento y prevención de la enfermedad de Alzheimer.

Los biomarcadores son importantes para comprender y seguir el desarrollo y la progresión de enfermedades complejas, como el Alzheimer. Un biomarcador es una medida objetiva de un proceso biológico relacionado con el desarrollo, la progresión y/o el tratamiento de una enfermedad determinada, y puede presentarse en forma de anatomía, detección de un compuesto bioquímico, prueba diagnóstica, imagen o medida fisiológica. En el caso de la enfermedad de Alzheimer, los biomarcadores más conocidos son los que se encuentran en el propio cerebro: las proteínas amiloide-β y tau.

En un esfuerzo por seguir el desarrollo del Alzheimer y encontrar posibles biomarcadores para el diagnóstico precoz, varios estudios de investigación se han centrado en los cambios de las proteínas amiloide-β y tau en los años previos a la enfermedad. Los investigadores también han explorado el papel de otros marcadores biológicos, como los marcadores de neuroinflamación, los niveles de neurotransmisores y las pruebas genéticas. En este artículo, revisaremos el estado actual de la investigación sobre los cambios en los biomarcadores durante los 20 años previos a la aparición de la enfermedad de Alzheimer.

Cambios en las proteínas amiloide-β y tau

Entre los biomarcadores más estudiados de la enfermedad de Alzheimer se encuentran las proteínas amiloide-β y tau. Las placas amiloides-β y los ovillos neurofibrilares formados por la proteína tau son dos de las principales características patológicas del Alzheimer, y su desarrollo y progresión en el cerebro están bien estudiados. Varios estudios han demostrado que las placas amiloides-β y la acumulación de tau pueden detectarse en el cerebro muchos años antes de la aparición de los síntomas clínicos del Alzheimer. En los últimos años, los investigadores han desarrollado nuevas técnicas para rastrear estos rasgos distintivos en el organismo, como la tomografía por emisión de positrones (PET) y los análisis de sangre para detectar los niveles de amiloide-β y tau, lo que permite detectar procesos patológicos mucho antes de que se presente el Alzheimer.

Marcadores de neuroinflamación

Además de las proteínas amiloide-β y tau, están apareciendo pruebas de que la inflamación del cerebro puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, y se han identificado varios marcadores potenciales de neuroinflamación. La proteína C reactiva, el factor de necrosis tumoral-α y la interleucina-6 están regulados al alza en el suero de las personas con mayor riesgo de desarrollar Alzheimer, y recientes investigaciones han sugerido que estos marcadores de neuroinflamación pueden ser detectables incluso años antes de la aparición de los síntomas clínicos.

Niveles de neurotransmisores

Los neurotransmisores, como la acetilcolina y la dopamina, desempeñan un papel importante en la función cerebral, y cuantificar los cambios en estos niveles puede ser importante para comprender y desarrollar tratamientos para la enfermedad de Alzheimer. Hay algunas pruebas que sugieren que los niveles de acetilcolina y dopamina disminuyen en el cerebro durante los años que preceden al Alzheimer, y estos cambios pueden estar asociados a los procesos patológicos de la enfermedad. Algunos estudios recientes también han sugerido que la cuantificación de estos neurotransmisores en la sangre periférica o en el líquido cefalorraquídeo puede ser útil para detectar el Alzheimer en fase inicial.

Marcadores genéticos

También se sabe que la enfermedad de Alzheimer tiene un fuerte componente genético, siendo los antecedentes familiares uno de los mayores factores de riesgo de padecerla. En los últimos años, los investigadores han identificado varios marcadores genéticos asociados a un mayor riesgo de padecer Alzheimer, entre los que destaca el alelo ApoE4. Se sabe que este alelo aumenta el riesgo de desarrollar Alzheimer, y estudios recientes han sugerido que los portadores del alelo ApoE4 también pueden tener niveles más altos de proteínas amiloide-β y tau en el cerebro, así como anomalías en otros marcadores biológicos. Investigaciones recientes también han sugerido que las pruebas genéticas de distintos genes asociados al Alzheimer pueden ser útiles para detectar la enfermedad en sus primeras fases.

Resumen

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno complejo y aún poco conocido, pero los últimos avances en la investigación han descubierto varios biomarcadores prometedores que pueden ser útiles para detectar y seguir la evolución de la enfermedad. Los estudios han hallado pruebas de cambios tempranos en las proteínas amiloide-β y tau, así como en marcadores de neuroinflamación, niveles de neurotransmisores y marcadores genéticos. Estos descubrimientos suponen un importante paso adelante en la búsqueda de herramientas de diagnóstico precoz del Alzheimer y pueden ayudar a los investigadores a desarrollar nuevas estrategias de tratamiento de la enfermedad.

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