Estilo de vida saludable y calidad de vida y bienestar mental de las personas mayores con demencia

Vida Saludable
Vida Saludable

El estilo de vida saludable desempeña un papel importante en la calidad de vida y el bienestar mental de las personas mayores con demencia. La relación entre un estilo de vida saludable y la mejora de la función cognitiva es amplia, y los estudios demuestran que varios factores del estilo de vida tienen un impacto positivo en la enfermedad, como la nutrición, la actividad física y el sueño. Las pruebas también sugieren que un estilo de vida sano puede ralentizar la progresión de la demencia. Este artículo explorará la conexión entre un estilo de vida sano y los posibles beneficios cognitivos en adultos mayores con trastornos neurológicos comunes de la demencia.

Entendiendo los trastornos neurológicos de la demencia

La demencia es un grupo de síntomas que afectan a la memoria, el pensamiento, la resolución de problemas y el lenguaje. Está causada por trastornos neurológicos como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Huntington, entre otras. Estas enfermedades pueden alterar el funcionamiento normal del cerebro, provocando pérdida de memoria, confusión, cambios de humor y otros síntomas. La demencia es progresiva y, con el tiempo, puede afectar gravemente a la capacidad de una persona para vivir de forma independiente.

La importancia de un estilo de vida sano

Un número creciente de investigaciones sugiere que un estilo de vida sano puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar demencia y ralentizar su progresión. Se ha demostrado que las personas con un estilo de vida sano, que incluye ejercicio regular, una dieta equilibrada y buenos hábitos de sueño, tienen menores tasas de deterioro cognitivo y una mayor función cognitiva en la vejez. Muchos de estos beneficios están relacionados con la mejora del flujo sanguíneo al cerebro, la reducción de la inflamación y la mejora de la producción de neuronas.

Ejercicio y función cognitiva

La actividad física regular se ha asociado con la mejora de la función cognitiva en los adultos mayores. El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede ayudar a mejorar la memoria, la atención y otras capacidades cognitivas. Los estudios también han demostrado que el ejercicio puede ayudar a ralentizar la progresión de la demencia en personas a las que ya se ha diagnosticado esta enfermedad. Se ha demostrado que el ejercicio aeróbico de intensidad moderada, como caminar, nadar o montar en bicicleta, durante 30 minutos al día, cinco días a la semana, es el que más repercute en la salud cognitiva.

Comida sana y función cognitiva

Una dieta sana y equilibrada también puede tener efectos beneficiosos sobre la función cognitiva en los adultos mayores. Los estudios han demostrado que consumir una dieta rica en antioxidantes, pescado, grasas saludables y baja en azúcar y grasas trans puede ayudar a mejorar la cognición. Estos alimentos pueden ayudar a reducir la inflamación, mejorar el flujo sanguíneo al cerebro y protegerlo contra el estrés oxidativo. Los antioxidantes presentes en frutas, verduras y frutos secos también pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas en los adultos mayores.

Dormir bien y la función cognitiva

Un sueño de calidad es importante para la salud cognitiva general de los adultos mayores. Los estudios han demostrado que las personas que no duermen lo suficiente tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia y otras enfermedades neurodegenerativas. La privación crónica de sueño también puede provocar una disminución de la memoria y de la capacidad para resolver problemas. Dormir entre 7 y 8 horas cada noche y tener un horario de sueño regular puede ayudar a mejorar la función cognitiva y reducir el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas en los adultos mayores.

Resumen

Las opciones de estilo de vida saludable, incluida la actividad física regular, una dieta equilibrada y buenos hábitos de sueño, son esenciales para mantener una buena salud cognitiva en los adultos mayores con trastornos neurológicos comunes de la demencia. Estas prácticas pueden ayudar a reducir el riesgo de deterioro cognitivo y ralentizar la progresión de la enfermedad. Ayudar a los mayores a adoptar y mantener un estilo de vida sano puede desempeñar un papel importante en su bienestar general y su calidad de vida.

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