¿Qué es el alzheimer?, ¿Cuáles son las causas?, ¿Qué tratamientos existen?, ¿Se puede prevenir?

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Qué es el Alzheimer

¿Qué es el alzheimer?, ¿Cuáles son las causas?, ¿Qué tratamientos existen?, ¿Se puede prevenir?

Todas estas son algunas de las preguntas que nos planteamos ante esta enfermedad, en parte aún desconocida entre la población a pesar de lo presente que está entre nosotros.

El alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa cortical primaria, que engloba diversas alteraciones cognitivas respecto al estado previo de la persona. La evolución es progresiva, provocando de manera gradual un deterioro que repercute en las actividades de la vida diaria.

Las estadísticas aportadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), reflejan que, existen más de 47 millones de personas que padecen demencia a nivel mundial. La enfermedad de Alzheimer, que es el tipo de demencia más común, oscila entre un 60% y un 70% de los casos. Hoy en día supone un gran reto que afrontar desde la sociedad y organismos, ya que la incidencia de este trastorno neurocognitivo irá aumentando considerablemente con el tiempo. En el año 2050 se estima que el número de personas con alzheimer será el triple que en la actualidad.

La causa del origen de esta enfermedad no está determinada en el presente. Igualmente, tampoco hay una prueba específica que pueda diagnosticarla en vida, de ahí que se considere que una persona padece “probable o posible enfermedad de Alzheimer”.

En general, se podría englobar su evolución en 3 fases:

Fase 1 (de 1 a 3 años): Los síntomas iniciales pueden pasar desapercibidos, considerándolos meros despistes (no recordar el nombre de una persona conocida, olvidar citas médicas, dificultad para nombrar palabras, olvidar que ha desayunado hoy, …). En algunos casos, la persona puede empezar a experimentar sentimientos de apatía o tristeza, como consecuencia de las dificultades que van surgiendo. En esta primera fase, la persona mantiene en gran medida la autonomía en sus actividades diarias.

Fase 2 (de 2 a 10 años): Esta fase se caracteriza por la progresión gradual del deterioro cognitivo, donde los síntomas iniciales de la fase anterior van en aumento. Se presentan problemas de la memoria más remota (no recordar las últimas vacaciones, desorientación espacial y temporal, que repercute a no saber el día de la semana y mes, dificultades en la comprensión y expresión del lenguaje). Se manifiestan mayores problemas en la realización de actividades la vida diaria, incrementando el grado de dependencia.

Fase 3 (de 8 a 12 años): En la última fase de la enfermedad, el deterioro cognitivo presentado es grave, incluyendo alteraciones de la mayoría de las funciones cognitivas. La persona desconoce datos personales y de su biografía, pueden aparecen cambios en la personalidad, rigidez de las extremidades, problemas de movilidad, … El nivel de dependencia es elevado, necesitando la ayuda de terceros para llevar a cabo las actividades básicas del día a día.

En la actualidad la manera de abordar esta enfermedad, se basa en retrasar su evolución con la combinación del tratamiento farmacológico y tratamiento no farmacológico. La terapia no farmacológica consiste en la estimulación de las capacidades cognitivas (lenguaje, cálculo, memoria, atención, funciones ejecutivas, praxias, …) mediante diferentes actividades y planteamientos en las sesiones (ejercicios con lápiz y papel, con ordenador y/o tablet, dinámicas grupales,…).

Los síntomas y signos de la enfermedad en cada persona aparecen, afectan y evolucionan de manera distinta, dependiendo de múltiples factores: personales, sociales, culturales, cognitivos, …

Por tanto, es importante conocer información sobre la enfermedad sin preocuparse anticipadamente por lo que pueda suceder en el futuro, para ello centrarse y abordar el estado presente es lo fundamental, reforzando las capacidades preservadas para un mayor mantenimiento de éstas en el tiempo.

Se puede retrasar la prevalencia de la enfermedad mediante la prevención, con un estilo de vida saludable, contando así con los llamados factores “protectores”:

. Dormir las suficientes horas y que el sueño sea reparador.

. Alimentación basada en dieta mediterránea. Consumo de ácidos grasos omega 3, vitaminas del grupo B y antioxidantes.

. Ejercicio físico practicarlo de manera regular.

. Relaciones sociales y mantener una vida activa.

. Bienestar emocional, tratando a tiempo la existencia de un bajo estado anímico o sentimientos depresivos.

. Evitar y controlar los factores de estrés.

.Entrenamiento Cognitivo. El cerebro es un órgano que necesita ser estimulado y mantenerlo activo, por ello es importante ejercitar las diferentes áreas cognitivas que lo componen como una manera de prevención.

En el Día Mundial del Alzheimer, 21 de septiembre, los profesionales que atendemos día a día a las personas que padecen esta enfermedad y sus familiares, les mostramos todo nuestro apoyo, seguiremos trabajando para mejorar la calidad de vida de ambos. Continuaremos investigando y realizando difusión para un mayor conocimiento del Alzheimer entre la población.

Este articulo es fruto de la colaboración entre Cognitiva Unidad de Memoria y la ONG Guía de Mayores, y está firmado por:

Esther Prieto. Trabajadora social de Cognitiva Unidad de Memoria Chamartín

Nº Colegiada 8509-M

Sara Recio Gracia. Neuropsicólogade Cognitiva Unidad de Memoria Chamartín

Nº Colegiada M 30236

 

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