Nuestros mayores se independizan

Imagen de Trabensol. Mayores. Espacio de convivencia
Trabensol. Mayores. Espacio de convivencia

Nuestros mayores se independizan

Algunas personas entre los 60 y 70 años no se plantean, a estas edades, vivir bajo la atenta mirada de sus hijos o internados en una residencia, quieren tomar parte y decidir dónde y cómo envejecer.

Este es el caso de Jaime Moreno y de su mujer, una pareja muy activa socialmente e impulsora junto a un grupo de amigos del Centro Social de Convivencia Trabensol, un complejo arquitectónico adecuado a las necesidades de los mayores.

¨Compartir es vivir¨

Este espacio de convivencia, que los americanos denominan ¨cohousing¨, está ubicado en Torremocha de Jarama, a poco más de 60 kilómetros de  Madrid, y su principio es el de la solidaridad, atendiendo a la máxima ¨compartir es vivir¨, pero hay otros ejemplos repartidos a lo largo de la geografía española, en Andalucía, Cataluña, País Vasco o Extremadura.

Convivir con personas con iguales inquietudes

Tanto en el proyecto de Madrid, como en otros espacios de estas características, participan todos sus integrantes, desde la compra de terrenos hasta el acabado de los alojamientos y las zonas comunes.  El conjunto está diseñado para propiciar estrechas relaciones de vecindad, sin perder la libertad individual.

Para Jaime Moreno la principal ventaja de esta modalidad es ¨convivir con los demás¨, ya que uno de los problemas a estas edades es la soledad, ¨si tu no te animas te animan los demás, siempre hay un estímulo que rompe la soledad que acecha a las personas mayores¨, explica.

Un largo periplo

Pero dar forma a lo que acabaría siendo Trabensol no fue fácil, recuerda este jubilado de profesión periodista, que detalla que los interesados en el proyecto recorrieron más de cien pueblos a fin de hallar una localización óptima para esta experiencia, que se convirtió en realidad en  junio de 2013.

Recalaron en Torremocha,  municipio al norte de Madrid, regado por el río Jarama, que, a juicio de Moreno, está ¨muy bien dotado de servicios¨.

Se trata de una pequeña población, activa en el terreno económico y social,  de cuyas prestaciones, centro de salud, piscina de verano, aula cultural,…, disfrutan los usuarios de este espacio, a la vez que ellos abren sus instalaciones a los vecinos del municipio. El complejo cuenta con 6.000 metros construidos y 10.000 dedicados a jardín y huerta.

El discurrir del día a día

¨La vida diaria se hace en zonas comunitarias¨, relata Jaime Moreno, quien añade que el almuerzo les reúne en un gran comedor donde ellos mismo ayudan en las tareas de servir y recoger, mientras que el desayuno y la cena se toma en el apartamento, con alrededor de 50 metros y capacidad para una persona o una pareja.

La oportunidad de retirarse a su vivienda en cualquier momento y ¨echar la llave¨ si se desea viajar o acercarse a Madrid a ver a los hijos y nietos, de quienes también se puede recibir visita, hace posible disfrutar de entera libertad.

Avalados por la experiencia de haber puesto en marcha en su juventud colegios en régimen de cooperativa, el grupo que impulsó esta iniciativa adoptó la misma fórmula para este complejo, una propiedad común dividida en 54 partes.

Las decisiones son colegiadas. No hay jerarquía y tienen distintos órganos como las comisiones o las asambleas.

Así tras una inversión inicial  de cada una de las partes de 145.000 euros, ahora abonan cada mes alrededor de los 1.000 euros para los gastos comunes, algo más si es una pareja. En esa cuota se incluye la comida, electricidad, teléfono, ADSL, el servicio de lavandería y limpieza del apartamento, y el mantenimiento de las instalaciones comunes, como biblioteca, salón polivalente, talleres, ejercicio físico, cultivo de la huerta,…

El edificio, que alberga tanto las instalaciones comunes como los apartamentos, tiene la etiqueta de ¨bioclimático¨. Jaime Moreno recuerda que la construcción se diseñó para que las galerías de acceso se situasen al norte y las terrazas al sur a fin de aprovechar la luz y el sol y también para generar temperatura para la calefacción que se nutre además de la energía de la tierra.

Grupo compacto y a la vez abierto

Los miembros del complejo, entre 64 y 84 años, quienes hasta ahora no necesitan especiales cuidados médicos -un asunto que enfrentarán en conjunto cuando se requiera contratar personal especializado- lo integran un grupo compacto de personas.

Se definen¨progresistas¨ y ¨abiertas¨, y ya habían convivido espacios cortos de tiempo y abordado algunos miedos, como el hecho de no vivir en una gran ciudad, con sus inconvenientes y ventajas.

Los usuarios de Trabensol tienen pensado hasta sus últimos detalles y así cuando alguien muere la plaza pasa a los herederos, y si no quieren ocuparla la cooperativa devuelve lo  invertido.

En la actualidad una veintena de personas, entre 50 y 70 años y en buenas condiciones físicas, figuran en la lista de espera para ser miembros de esta comunidad.

Una experiencia novedosa en España

En España se trata de una experiencia pionera, pero con una larga trayectoria en países como Estados Unidos, a donde saltó desde la vieja Europa, concretamente desde Dinamarca, que actualmente ofrece este modelo en sus servicios sociales al igual que Holanda.

Ejemplos de convivencia de mayores han sido ficcionados en varias películas, como ¨El cuarteto¨, firmada por Dustin Hoffman,  quien a sus 75 años se estrenó como director con el relato de la historia de un grupo cuya afinidad es la música y la ópera y a quienes la edad les reúne en un centro.

También ¨El exótico hotel Marigold¨, que cuenta con una segunda parte, relata las peripecias de un grupo de mayores ingleses que elige India como el destino de la búsqueda de oportunidades en la tercera etapa de su vida.

SUSCRÍBETE A NUESTRO BOLETÍN