La gota es una forma común y compleja de artritis que puede afectar a cualquier persona. Se caracteriza por episodios repentinos e intensos de dolor, hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad de una o más articulaciones.
Está causada por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones y los tejidos, como consecuencia de un aumento de los niveles de ácido úrico en el organismo. La gota puede ser una enfermedad dolorosa e incapacitante, pero también es tratable.
Síntomas de la gota
Los síntomas más frecuentes de la gota son dolor repentino e intenso, hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en una o varias articulaciones. Las articulaciones afectadas también pueden estar calientes al tacto. El lugar más frecuente de ataque es el dedo gordo del pie, pero la gota puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, incluidos los tobillos, los talones, las rodillas, las muñecas y los dedos. Además del dolor articular, también puedes experimentar fiebre, escalofríos y fatiga.
A veces, en fases avanzadas, aparecen acúmulos palpables en forma de nódulos duros, llamados tofos. En ocasiones, los cristales de ácido úrico se depositan en los riñones, dando lugar a episodios de cólico nefrítico.
Diagnóstico de la gota
La gota suele diagnosticarse basándose en tus síntomas y en el aspecto de la articulación afectada. Tu médico también puede realizar un examen físico y pedir análisis de sangre para confirmar el diagnóstico. Las pruebas que pueden utilizarse para diagnosticar la gota incluyen el análisis del líquido sinovial, que es el líquido que lubrica las articulaciones; la medición de los niveles de ácido úrico en sangre; radiografías de las articulaciones; y ecografías.
Se considera hiperuricemia cuando los valores de ácido úrico son mayores de 7 mg./dl.
Tratamiento de la gota
El objetivo principal del tratamiento es reducir la inflamación, el dolor y la hinchazón causados por la gota. El tratamiento también puede incluir cambios en el estilo de vida, como reducir el consumo de purinas y alcohol, así como aumentar la ingesta de líquidos, sobre todo de agua.
Se debe limitar la toma de alimentos ricos en purinas y corregir la obesidad y la hipertensión si están presentes.
Sólo cuando las cifras de ácido úrico en la sangre son muy altas se recomienda tratamiento con fármacos.
Medicamentos
Tu médico puede recetarte medicamentos para reducir el dolor, la hinchazón y la inflamación asociados a la gota. Estos medicamentos incluyen antiinflamatorios no esteroideos (AINE), corticosteroides y colchicina.
Cirugía
En algunos casos, puede recomendarse la cirugía para eliminar los tofos (cristales de ácido úrico que se acumulan en la articulación) o los grandes nódulos causados por la gota. A veces se recurre a la cirugía para corregir la inflamación crónica causada por la gota.
Terapia para la Gota
La terapia puede ayudar a las personas con gota a controlar los efectos físicos, emocionales y mentales de la enfermedad. Las terapias pueden incluir terapia cognitivo-conductual, técnicas de relajación y grupos de apoyo.
La gota es una enfermedad frecuente y compleja. Es importante que trabajes con tu médico para encontrar la mejor opción de tratamiento para ti. Las opciones de tratamiento incluyen cambios en el estilo de vida, medicamentos y cirugía.
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