A lo largo del ciclo vital, las personas pasamos por procesos y cambios que alteran nuestro bienestar emocional y también el bienestar de quienes nos rodean. Es en estos momentos cuando más podemos contar con el apoyo del psicólogo. La atención psicológica se hace esencial para la persona mayor que pasa por una crisis vital (estados de ánimo, duelos, alteraciones del sueño, procesos de jubilación,…).​

Enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson afectan no sólo al mayor en primera persona, sino además, a los familiares con quienes convive. Es importante el conocimiento de la enfermedad para saber qué podemos hacer, qué cuidados requiere, y cómo podemos responder a las demandas. No podemos dejar de lado la figura del cuidador o cuidadora, cuáles son sus necesidades, cómo se siente, y aportarle recursos para afrontar la situación y evitar así el síndrome del cuidador quemado o burnout.